miércoles, 26 de agosto de 2009

Henri Mattise 1944
Henri Cartier-Bresson




Cuatro piezas cortas a M.




I.
Rugir de eternidades
posaron tranquilas
a la calma postrada.
Sentí en mis cuencas
latidos, fueron pánico, tu pecho.
Ahora, en la noche calma,
croar lento del desvelo el corazón cruje,
ruge mi boca un desvelo sensible.
Otro eterno enero atardecido,
otro febrero indefenso.

II.
El oeste hacia la mar
arrastra en ti todas las naves.
Los brillos y los eucaliptos añejos,
chicharras, las del verano
las del amor
bajo el sol enmudecen, viéndote aquende
hacia la mar/La ciénaga,
huellas en el tiempo/ la memoria.

III.
Sucediendo… deshaciéndose
en polvo, sin freno, el sitio
Lugar de todo inundándose,
yo, tú, él, nosotros, vosotros, ellos
Inconclusos, en el espacio azul
rezando en presente el pasado.
Vos. En suerte, desahogando estás
para fabricar el sitio, otro,
nuevamente.

IV.
Nada y temporal
es/fueron
un día tras otro;
tu presencia tal vez no entienda nada
y el día no se detenga nunca tras
el dejo del tiempo perdido
tras mi pregunta
tras tu respuesta

Nada y temporal.