jueves, 19 de noviembre de 2009


Beiging, 1949
Henri Cartier-Bresson.





Danza


Danza en la ciudad,
sobre todos los techos de zincs,
por entre los nidos de cables y semáforos
la danza el cielo de la ventana.
Aun así, un milagro la tarde toda es.

Qué bien!, puedo pensar, podemos
y reír, reírnos pulcramente desnudos.
Hay silencio.
Te leo -como mordiéndote- en poesías
de Juan L., tu nombre repito.

Hay silencio.
Repites mi nombre,
me das –como abrazándome- un mate.

Seguramente, nadie comprenda –ni nosotros-
en la calle a las sombras
mugir en el techo.
Empedrado gris de luz el cuarto,
olor a humedad, a tierra mojada
es la danza, la danza del cielo.
Llueve.