lunes, 12 de abril de 2010

Le meute, 1969
Robert Doisneau




Celusal




Ese
pechito naranja, ese
nombrecito azulino, esa
cabeza luciendo una herida.
Un ausente copete.
Tu carne arena
es parte de la calle
derramante ciudad.
Esparcida carne parte arena
del río, de las nubes, de mi nariz, de mi tacto,
de mi presión (baja), del cielo y la tierra
y tu cuerpecito marchito.
Ahora, ¿qué hago?.
Ahora, ¿qué hago aquí?.
Ahora, ¿qué hago aquí quemándome/te con palabras?.
Ahora, que hago aquí quemándonos con palabras mientras
representamos está escena patética,
un naufragio.
Las paredes descascaran, el cielo no existe, Dios murió.
Festejamos, reímos,
vibramos y morimos esperando…
esperar que ese vacio
ese se llene, otra vez.
Esperar lo que ha
de no ser.

3 comentarios:

  1. :D bello diseño hermano F. y hermosos versos!
    Duramente hermosos



    casi como Necochea.:P

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  2. Llegué al blog de casualidad. Me disparó el azar, nada más. El resto, como ya verás, es pura ira, puro descontento, intentar un cambio: ayudar. La información puede estar oculta: la ocultan.

    Si me permitís caer bajo el manto del orgullo, voy a intentar dejar una enseñanza, un consejo, una pista. Todo lo que puedo hacer: plantear una duda, generar una controversia, provocar un terremoto cultural.

    Quiero dejarte una enseñanza que está oculta: es una tradición milenaria que se esconde (la esconden, los laboratorios, las fundaciones sociales, los políticos, en suma, los intereses económicos, el poder), quiero dejarte una enseñanza sobre la salud. Voy a ser escueto. Una sola palabra. Una palabra que es un mundo. Y si investigás, y por internet no es tan difícil, me vas a entender.


    Orinoterapia. Por increíble que parezca es una tradición milenaria: la orina tiene propiedades curativas increíbles. Todo lo que tu cuerpo necesitá está ahí. Investigá. Hay cientos de miles de páginas en internet para hacerlo. O en inglés, también: Urine Therapy.

    Un fuerte abrazo,

    Pablo.

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  3. Ja!.
    (primero lo primero)
    Mati, gracias siempre gracias. Está poesía es de este lugar, de aquél que algo fue conmigo de vacaciones hacia aquél otro lugar, tu lugar: La Necochea.
    Gracias, siempre gracias, por el cobijo.

    (segundo lo segundo)
    Ja!. Pablo gracias, por el comentario. Es probable que leas este mensaje. Voy a confesarte algo, la Urine Therapy no me convence por algunos motivos.
    Primero: Si tomará lo que mi cuerpo despide viviría de resaca en resaca (y hablo de todas las resacas) y vio usted, en algún momento hay que comportarse, ser un señorito, dejar la sal, hablar correctamente, decir "buen día" o bien, "bien" ante preguntas como "¿cómo andas, F....?"... en fin, no voy a seguir explayandome por cosas así que solamente le importan a pocas personas (y por suerte, así tiene que ser).
    Segundo, la verdad cada vez creo menos en terapías milenarias, traídas de alguna latitud o probada por una cantidad inimaginada de seres que seguramente fueron advertidas (y luego, investigaron para entrar en un dilema ético e inmoral)y comenzaron a injerir con felicidad o necesidad su propio resto.
    Sepa disculpar si mi respuesta a su preocapación es un tanto agresiva, no es mi intensión. Al contrario, respeto su elección terapéutica. Cada cuál busca una puerta, una grieta por dónde asomarse y ver espejos que lo muestren...
    Solo me quedan algunas cosas que decir, mi poesía le gusto o no le gusto. Porque sí le gusta bien, está en su derecho.
    Ahora bien, si no le gusto también está en su derecho y no era necesario que oculte su desagrado detrás de algunas cuantas y esmeradas líneas prescriptivas. No me enoja -todo lo contrario, creo que la gente que las escucha comparten algo en ese momento: el desagrado generado por mis poesías carentes de rimas y herméticas- no haber convencido, haber conquistado el agrado. No porque me crea un vanguardista de esos que dicen ser incomprendidos, ni nada de eso. Sí algo me parece terapéutico es que la gente se expresé honestamente, aunque esto a veces hiera y de dificil ingesta.
    Bueno nada más, igualmente pido perdón si está respuesta lo hiere no era mi intención. Me gustaría conocerlo personalmente para saludar y responderle ese abrazo fuerte.

    Sin más de mi mayor consideración.

    Él que responde, Facundo.

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